Fragmento: "Por lo tanto, no se trata de defender el mero anacronismo o una poesía
anacrónica, que fetichicen el pasado, sino de afirmar una poesía del/en el presente; pero de un presente que
atraviesa la poesía en una línea de tiempo como la cesura, punto cero, que no
es sólo pausa y captura de lo transitorio, sino también tránsito entre el
anacronismo y la utopía del futuro, del futuro de la poesía. La poesía del presente está hecha de lo que
habita la cesura, como pasado y como ahora; pero que ya despliega, en una
suerte de lengua profética, lo que viene, lo que ya deja de ser pasado y
presente para volverse mañana. Nada más lejano de esa poesía que la sumisión al
anacronismo sin tensionarlo, o precipitarlo en la cesura que impone el hoy.
¿Moderno? Tal vez; pero en todo caso, un moderno que busca desesperadamente
dejar de ser moderno, porque la propia modernidad lo exige [¿contemporáneo entonces?]. Y en esa búsqueda,
se aferra a una lengua del presente que abjura de cualquier tipo de retórica
sobrenatural en el futuro y del miedo a los cucos culturales del pasado".
domingo, 6 de mayo de 2012
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